“Aquel héroe ignorado”: 101 años de El Caballero Carmelo

De la mano de Alastor Editores y de la Biblioteca Abraham Valdelomar de la Huacachina, llega a las librerías nacionales la edición facsimilar de El Caballero Carmelo, libro del escritor iqueño publicado en 1918. Es reconocida la importancia que cobran los cuentos que la componen para el posterior desarrollo de la literatura peruana, tanto por autores e intelectuales coetáneos (José María Eguren, José Carlos Mariátegui, Manuel González Prada, César Vallejo o Alberto Ulloa) como por críticos e investigadores de los dos últimos siglos (Estuardo Núñez, Augusto Tamayo Vargas, Armando Zubizarreta o Jorge Valenzuela). Este conjunto, por consenso crítico, marca el inicio de la narrativa moderna peruana. Resulta llamativo, entonces, que la bibliografía especializada sea escasa. Una edición facsimilar como la que propone Alastor, junto a la labor de Ricardo Silva-Santisteban, quien detalla la su historia y proyección, es un buen incentivo para que la crítica académica realice un trabajo orgánico sobre el corpus original y sobre los criterios editoriales que primaron en esta publicación.

¿Qué ventajas trae una edición facsimilar de un autor muy difundido, pero tan poco estudiado? En primer lugar, permite conocer el corpus original que la conforma, debido a que las distintas editoriales, muchas veces, alteran el contenido, reduciendo o aumentando cuentos que no pertenecen al conjunto. En esta, aparecen dieciséis cuentos: los criollos, los incaicos, los chinos, los yankees y los cinematográficos. Un elemento adicional que suele obviarse son los epígrafes que contiene, los cuales nos entregan la imagen de un autor sutil y presto a defenderse de las críticas a las que se verían sometidas sus narraciones, características que también podemos ver en otro dandy como Oscar Wilde en El retrato de Dorian Gray. Además, el texto de Valdelomar se publicó con una recopilación de la recepción crítica de su obra: desde un prólogo, en gran medida testimonial, de Alberto Ulloa, hasta una extensa selección crítica y creativa de autores como Enrique Carrillo, César Atahualpa Rodríguez, Alberto Guillén, entre otros.

La portada del original presenta la fotografía de Valdelomar con su característica pose de dandy, una manera de “dar la cara” y defender su obra, que marcará a una generación de escritores. Una portada que, a decir de Luis Alberto Sánchez, combina la sencillez del texto y el marco barroco que lo encierra. Los cuentos son muy diversos en cuanto a técnica y temas, pues han sido escritos y reescritos en diferentes épocas de su juventud. “El Caballero Carmelo”, considerado un clásico por Zubizarreta, encierra lo cotidiano y lo extraordinario, con lo cual se libera del exotismo modernista: es una conjunción de los cuadros regionales y el mundo personal del escritor. Se inscriben también en estas características, con sus particularidades respectivas, “El vuelo de los cóndores” y “Los ojos de Judas”. Por otro lado, importantes para el desarrollo de la literatura de ciencia ficción y fantástica nacional son los cuentos “El Círculo de la muerte” y “Finis desolatrix veritae”, narraciones precursoras que se alejan de lo regional —lo yankee en el primero y el mundo en el último— y plantean un cuestionamiento a las modernidades de la época de su escritura. Asimismo, la crítica política aparece en sus cuentos chinos: “Los chin-fu-ton” y “Whong-Fau-Sang”, con una intención moralista y partidaria muy clara, que ha sido estudiada por Willy Pinto Gamboa.

Más de cien años tuvieron que transcurrir para que estos relatos se reediten nuevamente respetando la disposición del autor, con lo cual también se abren más posibilidades de investigación sobre el libro que cambió el rumbo de la literatura peruana en las primeras décadas del siglo XX.

Alex Hurtado

Un comentario sobre ““Aquel héroe ignorado”: 101 años de El Caballero Carmelo

Deja un comentario